Una de las tantas cosas relativas para el conocimiento humano es el tiempo. Desde siempre ha inquietado al hombre y lo ha tratado de definir en vano, pues son muchas las definiciones y explicaciones que de él dan los científicos. Hay quien dice que el tiempo, no es sólo una dimensión del espacio tiempo, sino que más bien es una distinción geométrica en el espacio tiempo. Otros, piensan en él, como si fuese una gran caja de tres dimensiones espaciales y una dimensión temporal. Otro concepto es que el Universo, contiene toda la materia y la energía distribuida y transitando por él, en múltiples formas. Más dentro de estos dos elementos equivalentes entre sí, flota el etéreo concepto del tiempo, como referencia para ubicar los acontecimientos.
“El universo del espacio, es un fenómeno relacionado con el tiempo, siempre y cuando se le observe desde cualquier posición interior, fuera de la morada del Paraíso, porque el movimiento del tiempo, sólo se revela en relación con algo que no se mueve en el espacio, como un fenómeno temporal. ” “Las relaciones del tiempo, no existen sin movimiento en el espacio, pero sí existe la conciencia del tiempo. El concepto secuencial, puede llevar a la conciencia el concepto del tiempo, aún en ausencia de movimiento.”
Los científicos han descubierto el por qué, cada día nos parece que el tiempo trancurriera más rápido, esto se debe a que nuestras células han acelerado su pulso, para adaptarse a la Tierra, que no sólo ha cambiado su eje, sino que también a incrementado su pulso y de aquí nace nuestra percepción actual del tiempo. Uno de los descubrimientos más interesantes que se realizaron en la década de los 50 y conocida hoy en día como la Resonancia Schumann, nos dice que estas ondas, vibran en la misma frecuencia que las ondas cerebrales de los seres humanos y de todos los mamíferos en general, quedando demostrado así una vez más que no somos seres aislados, sino que formamos parte de un Todo, en donde el macro y el microcosmos se reflejan mutuamente y en donde “el impulso de todo electrón, pensamiento o espíritu, es una unidad actuante en el universo entero, porque él es un todo, ninguna cosa, ni ser vive en el aislamiento.647″ de allí nuestra tremenda responsabilidad, porque todos nuestros actos, los buenos y los malos tienen una repercusión en el Todo y por supuesto también en cada uno de nosotros, a tal punto que se ha comprobado que un ser vivo recibe esta energía como nueva información, que molecularmente se codifica en el ADN y lo transforma, porque las frecuencias elevadas, que están llegando a la Tierra, activan y aceleran la vibración de nuestras células, y ellas reaccionan irradiando calor hacia los espacios vacíos que las rodean. Esta implosión despierta algunos códigos dormidos del ADN, y expande la información nueva, hacia los núcleos de otras células, las que también se activan y al entrar nuevas energías a la Tierra, se afectan los sistemas sociales, políticos, económicos y religiosos, porque es una información nueva con experiencias vibratorias diferentes
“El tiempo es la corriente de los acontecimientos temporales percibidos por la conciencia de la criatura. Tiempo es un nombre dado al orden de sucesión por el cual los eventos se reconocen”pues “es el tiempo el que condiciona las cosas” pero siempre en un plano absolutamente relativo, pues la flecha del tiempo en el Universo, al igual que la gravedad en la Tierra, dista mucho de ser igual en todas partes. Actualmente existe entre los científicos, la idea de que existe un infinito número de dimensiones temporales en el Universo, lo cual revoluciona la teoría de la gravedad y gran parte de la ciencia moderna asociada a ella. Esto lo podemos relacionar con los seres que habitan en una dimensión que no es posible ser captada y vista por nosotros, como por ejemplo aquellos que no respiran y muchos otros a quienes por desconocimiento llamamos extraterrestres y que a lo mejor no están fuera de la tierra, sino a nuestro lado.
El libro de Urantia sostiene que: “Existen tres niveles diferentes de conocimiento del tiempo:
1.-El tiempo percibido por la mente: conciencia de secuencia, movimiento y sentido de duración
2.-El tiempo percibido por el espíritu: discernimiento del movimiento hacia Dios y conciencia del movimiento de ascensión hacia niveles espirituales en aumento.
3.-La personalidad crea un singular sentido del tiempo, mediante el discernimiento de la Realidad, más la conciencia de la presencia y duración.”
La personalidad a la cual nos referimos no es la personalidad sicológica del hombre, sino a esa Personalidad que nos distingue de los demás seres humanos y que se distingue “por dos fenómenos auto manifestantes y característicos de conducta reactiva mortal: la autoconciencia y el relativo libre albedrío asociado.”
“La personalidad humana, no es solamente un fenómeno colateral de acontecimientos del tiempo y el espacio, la personalidad humana también puede actuar como causa cósmica de tales acontecimientos, porque la personalidad humana, habitada y orientada por el Espíritu del Padre, es la única realidad físicamente relacionada, que puede trascender la secuencia material de los eventos temporales.”
Era necesario que hiciéramos un pequeño esbozo de lo que es el tiempo, porque no se puede valorar lo que no se conoce y desgraciadamente lo habitual, es que el ser humano sea devorado por el tiempo, casi sin darse cuenta de lo valioso que él es, no sólo en lo que se refiere a lo material, sino también a la supervivencia eterna. El tiempo no se puede atrapar, ni mucho menos almacenar y también es un error el pensar que la excesiva prisa con que corren nuestros días, aumenta al tiempo productivo de nuestra existencia, pues en ese alocado vivir, ¡ se nos olvida Vivir.! Y disfrutar de todas las bellezas que el Creador nos regala a cada momento.
El tiempo debería ser nuestro aliado, no nuestro verdugo, pues mientras tengamos vida, tenemos la oportunidad de aprovechar el tiempo para cambiar nuestras pautas habituales de conducta que nos llevan a la monotonía, pues “la variedad descansa, mientras que monotonía cansa y agota” . La rutina inhibe nuestra mente, porque el afrontar lo desconocido, siempre significa un desafío para nuestra mente, activando en nosotros el discernimiento y la voluntad para elegir.
A menudo escuchamos la expresión “matar el tiempo” como una expresión de evitar el aburrimiento, sin embargo la diversión sana no es ni una pérdida, ni menos la muerte del tiempo, porque la diversión, el esparcimiento, es algo de lo cual debemos aprender a disfrutar sin remordimientos, no olvidemos que Jesús hizo su primer milagro a petición de su madre, para que una boda pudiera seguir celebrándose como corresponde, bebiendo y diviertiéndose, porque el ser humano necesita de estas expansiones de alegría, por eso: “Dejad que el hombre se divierta, dejad que la raza humana encuentre placer de mil y una manera, dejad que la humanidad explore todos los tipos de gratificación legítima” La diversión y el esparcimiento deberían siempre ocupar parte de nuestro tiempo, como una forma de liberar el cansancio propio de la vida diaria. El tiempo solo se mata, cuando matamos nuestra alma, cuando nos entregamos al vicio, a la droga, al pecado, porque “el mal no diluido, el error completo, el pecado voluntario y la iniquidad sin mitigantes, son intrínsicamente y automáticamente suicidas.”
Para el hombre común, el tiempo “aparece como una sucesión de acontecimientos, pero según ese mismo hombre asciende, según progresa hacia adentro, la visión en aumento de esta procesión de acontecimientos es tal, que cada vez discierne más en su totalidad. Lo que anteriormente aparecía como una sucesión de hechos, ahora se verá como un ciclo completo y perfectamente relacionado. De este modo, la simultaneidad circular, desplazará cada vez más la conciencia anterior, de una secuencia lineal de los eventos.” Tomar conciencia del tiempo, significa tomar conciencia de nosotros mismos y tener el poder de ejercer nuestro autodominio, para dejar de ser marionetas movidas por el viento de las circunstancias y comenzar a transformarnos en criaturas conscientes, dispuestas a crear nuestro propio destino. Creando las Causas necesarias, para poder así obtener los Efectos deseados, porque “la naturaleza no ofrece más que una clase de justicia y ella es la conformidad inevitable de los resultados de las Causas.”
No podemos seguir dependiendo de nuestra buena o mala suerte, porque eso “es sólo una manera perezosa y conveniente de evitar toda forma de trabajo duro e intelectual. La suerte es un término creado para amarrar lo inexplicable en cualquier momento de la existencia humana. Define aquellos fenómenos que el hombre es incapaz de penetrar o más bien no desea investigar. Azar, es una palabra que significa que el hombre es demasiado ignorante o demasiado indolente para determinar las causas.”
Estas causas, tan importantes en nuestro destino final, no es posible crearlas si no es en el espacio tiempo de nuestra estancia en la tierra, no tenemos ninguna otra posibilidad, de allí la importancia de saber aprovechar nuestro tiempo, viviendo de manera tal, que todo lo que hagamos tenga un significado que trascienda al tiempo temporal y lo convierta en eternidad, pues paradojalmente “lo finito del tiempo contiene dentro de sí mismo las semillas de la eternidad.”
La eternidad se construye minuto a minuto y también nuestra vida. Las causas marcan un sendero, pero “la causa nunca puede ser comprendida plenamente por un análisis de los efectos”. Por lo mismo, tenemos la posibilidad de revertir esos efectos, porque lo que nos sucede, es sólo un 10% de nuestro destino, el 90% está en nuestras manos, porque depende de cómo reaccionamos ante lo que nos sucede, y sabiendo esto, “Jesús exigía que sus seguidores reaccionarán positiva y enérgicamente ante cualquier situación de la vida.” porque debemos aprender “a contentarnos con todo, cualquiera sea nuestra situación” pues “nuestro mañana está totalmente en las manos de nuestro Padre.” pero nosotros debemos hacer también la parte que nos corresponde.
Si hay algo que no podemos evadir es el tiempo y la muerte, ambos forman parte de nuestra vida y deberíamos aprender a trabajar para el día, en que el tiempo se funda en la muerte, y esto no verlo como algo agobiante o trágico, sino por el contrario, esta reflexión debería estimularnos a aprovechar muy bien nuestro tiempo, porque no sabemos cuanto de él nos queda…
Por eso, no transformemos nuestro tiempo en una rutina inútil, por algo Jesús nos dijo que para entrar en el reino, teníamos que renacer, es decir comenzar cada día como si fuese el primero y también el último, que nuestra capacidad de asombro nunca se agote y así, poder disfrutar de todos los elementos que Dios pone a nuestro alcance para que seamos felices y vivamos agradecidos y satisfechos con lo que tenemos, en vez de estar rumiando amargura por lo que nos falta.
No ahorremos tiempo, más bien construyamos con él, la maravillosa aventura de ¡Vivir plenamente como hijos de Dios.!
Basado el el Libro de Urantia.
http://www.gabitogrupos.com/ElLibrodeUrantiaunCaminodeEvolucion/admin.php
http://www.egrupos.net/grupo/urantiachile
0 comentarios:
Publicar un comentario