Nos encontramos inmersos en la tan esperada transición donde las energías de dualidad y conflicto se citan en intenso apogeo, a la par que en otras esferas se manifiesta la hermandad y unicidad hacia un gran despertar de realización, creatividad y plenitud. La Madre Tierra pulsará transformando su clima y geografía a la par que la humanidad procurará su reajuste existencial, en lo que para muchos será un insufrible caos, mientras que para otros será una renovación altamente estimulante.
Cada quien eligirá como transitar por estos cambios tan necesarios como inevitables. Habrá quienes optarán por retirarse del juego mediante diferentes vías -unos en forma consciente, otros tomados por la sorpresa o el pánico- mientras que otros abrazarán la nueva aventura existencial, enfrentando con alegría y pasión los desafíos que se presenten, por más radicales que sean las migraciones masivas y demás reajustes socio-económicos necesarios. A fin de cuentas todos hemos sido convocados para experimentar como nos plazca este tránsito de renovación.
La clave está en la toma de conciencia individual que nos libere de toda creencia o condicionamiento que limite nuestro potencial. Para ello existen diversas prácticas meditativas que llevan al conocimiento y fortalecimiento del poder interior, es decir a la no dependencia de factores externos a uno mismo. Es allí donde se encuentra el mayor de los retos, pues las viejas energías explotadoras harán todo lo que esté a su alcance para mantenernos dormidos, alienados y convenientemente controlados, bien sea mediante los medios masivos de comunicación y de consumo bajo su dominio, como por sus arcáicas instituciones piramidales de sometimiento social, material y espiritual, como son los regímenes autoritarios políticos, financieros, militares y de las religiones estructuradas.
Las viejas instituciones humanas de explotación y sometimiento mediante el miedo y la escases, están perdiendo vigencia ante las emergentes formas de integración horizontal y comunitaria, en cooperación y simbiótica armonía con la naturaleza, que darán paso al bienestar material, social y espiritual de la nueva humanidad en actual proceso de gestación. El aun vigente sistema de vida basado en la explotación del ser humano mediante las nociones de carencia, impuestas por minúsculas élites controladoras, se encuentra en inminente colapso. En su lugar, veremos el florecimiento de auténticas comunidades endógenas por doquier, donde los conceptos de propiedad individual, competencia y los celos de exclusividad se desmonorarán en favor del bienestar colectivo, la cooperación y la celebración del compartir.
Namasté,
Nirav
Nirav
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